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Todo lo que debes saber sobre las ayudas a la rehabilitación de la vivienda en 2024

¿Sabías que 8 de cada 10 inmuebles en España consume más recursos de los necesarios para alcanzar el confort térmico? De acuerdo con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la mayor parte de nuestro parque inmobiliario cuenta con etiquetas energéticas de clase E, F y G, siendo comunidades como el País Vasco, Canarias, Baleares, Murcia o Valencia las menos eficientes.

Las ayudas a la rehabilitación de la vivienda en 2024 se postulan como un instrumento eficaz para corregir esta situación. Su objetivo es capitalizar el paquete de medidas de financiación aprobadas por la Comisión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Las deducciones a la reforma de viviendas individuales suponen un ahorro del 20 al 60% en el IRPF, para el cual se prevé movilizar 140.000 millones de euros de inversión pública.

Este tipo de medidas demostraron ser exitosas en 2022, cuando la activación del Plan Estatal de Vivienda elevó un 13,5% el número de reformas integrales en España, según datos del Colegio de Arquitectos. Más que una imposición, las ayudas europeas para la rehabilitación de edificios y viviendas son una oportunidad para el desarrollo de hogares más sostenibles desde un punto de vista económico y medioambiental.

Así son las ayudas a la rehabilitación de edificios y viviendas

El acceso a las subvenciones a la rehabilitación de la vivienda está condicionado por la emisión del certificado de eficiencia energética. Así, las actuaciones de reforma no encaminadas a su obtención no podrán acogerse a las deducciones. En concreto, el estado final del edificio debe garantizar una disminución del 30% del gasto en energía primaria no renovable.

Un caso particular es el de los edificios históricos o sujetos a protección oficial, que «no tendrán que cumplir con la reducción de demanda establecida para las actuaciones sobre la envolvente térmica», en palabras del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Otra excepción involucra a los inmuebles que hayan acometido reformas como las descritas en los últimos cuatro años y que también están exentos de cumplir este requisito energético.

Las ayudas a la rehabilitación de edificios se dividen en tramos con distinta base anual de deducción, siendo incompatibles entre sí. En primer lugar, la deducción del 20% en el Impuesto sobre la Renta está disponible para las actuaciones destinadas a limitar la demanda de calefacción o refrigeración. Para hacerse efectivas, se debería demostrar, vía certificado de eficiencia energética, que la vivienda consume un 7% menos que al inicio de las obras. La base máxima anual no supera los 5.000 euros.

El programa de ayuda a las actuaciones de rehabilitación a nivel de edificio también contempla una deducción del 40% en el IRPF para las obras que mejoren el consumo de energía primaria no renovable. De esta subvención solo se beneficia la vivienda habitual del interesado, bien esté en situación de alquiler, bien sea propietario del bien inmueble.

Para disfrutar de esta deducción, habrá de certificarse que la vivienda ha optimizado su consumo energético al menos de un 30% en comparación con su estado antes de las obras. En caso de obtener un certificado energético de tipo B o A, se estará exento de cumplir el anterior requisito. Respecto a su base máxima anual, se eleva hasta los 7.500 euros.

Por su parte, los propietarios de inmuebles en edificios residenciales pueden optar a una deducción del 60% en el Impuesto sobre la Renta. Con una base máxima anual de 5.000 euros, este tramo exige una mejora del 30% en la eficiencia energética de la vivienda o la obtención de una clasificación energética B o A.

Estas ayudas a la rehabilitación de viviendas permanecen disponibles hasta el 31 de diciembre de 2024. Además de esta fecha límite, los interesados deben recordar que la emisión de certificados energéticos también dispone de plazo fijado: el 1 de enero de 2025.

Este incentivo económico se suma a los beneficios habituales de cualquier reforma, como el incremento de la seguridad y de la calidad de vida, la mejora del aprovechamiento del espacio o la integración de nuevas tecnologías como la domótica inteligente. ¡Las posibilidades son ilimitadas!